Marta Vergara

(1898-1995). Fue una mujer atípica para su época. Si bien nació en el seno de una familia aristócrata y conservadora (aunque empobrecida), pronto torció el camino que le deparaba una vida con comodidades, dependiente de un marido ilustre o allegada a la tibieza de un club de señoras, y se arrojó por la senda de la autonomía y de lo imprevisto. Fue así que llegó a desempañarse como corresponsal para El Mercurio en Europa y delegada de la Comisión Interamericana de Mujeres; fundó el MEMCH, Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena, que tuvo un rol protagónico en los años treinta; militó en el Partido Comunista y trabajó como obrera y profesora en Estados Unidos. Publicó sus Memorias de una mujer irreverente en 1962, libro que recibió el Premio Municipal de Literatura y que fue recibido con entusiasmo por la crítica del momento: “Un libro vivido y destinado a vivir” (Alone). Entre sus publicaciones destaca la novela Los adioses del caballero amalgamado (1966). Murió en Santiago, en 1995.